12 de enero _ San Arcadio, Mártir, esclarecido en linaje y milagros. San Arcadio se retiró a la soledad durante la persecución, mas no lo hizo sino para adquirir en ella fuerzas a fin de combatir con mayor coraje. Presentóse al tirano. Fue cortado en pedazos, pero los suplicios le resultaron dulces, porque lo hacían semejante a Jesucristo en la tierra, y le aseguraban su dicha en el cielo. En Roma, santa Taciana, Mártir, la cual, imperando Alejandro, despedazada con garfios y peines acerados, expuesta a las fieras, y echada al fuego, pero quedando ilesa, finalmente pasada a cuchillo, voló al cielo. En Constantinopla, los santos Tigrio, Presbítero, y Eutropio, Lector, los cuales, en tiempo del Emperador Arcadio, calumniosamente acusados de haber incendiado la Iglesia principal y la curia del Senado, para vengar el destierro de san Juan Crisóstomo, padecieron el martirio por orden de Optato, Prefecto de la ciudad, que adoraba a los falsos dioses y aborrecía la religión Cristiana. En Acaya, san Sátiro, Mártir, que al pasar por delante de un ídolo, de un soplo y signándose en la frente, al punto lo derribó en tierra; por lo cual fue degollado. En África, los santos Mártires Zótico, Rogato, Modesto, Cástulo y las coronas de cuarenta soldados. En Tívoli, san Zótico, Mártir. En Efeso, el suplicio de cuarenta y dos santos Monjes, que por el culto de las sagradas imágenes, en tiempo de Constantino Coprónimo, cruelísimamente atormentados, consumaron el martirio. En Ravena, san Juan, Obispo y Confesor. En Verona, san Probo, Obispo. En Inglaterra, san Benito, Abad y Confesor