[Rank] In Vigilia S. Joannis Baptistæ;;Simplex;;1.5 [Rank] (rubrica 196) In Vigilia S. Joannis Baptistæ;;Duplex II classis;;5 [Oratio] Concédenos, te suplicamos, omnipotente Dios, que tu familia siga por el camino de la salvación; y que practicando las exhortaciones de tu Precursor, Juan, llegue con toda seguridad al que Él anunció, nuestro Señor Jesucristo. $Qui tecum [Lectio1] Lectura del Santo Evangelio según San Lucas !Lc 1:5-17 Siendo Herodes rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, de la familia sacerdotal de Abía, cuya mujer, llamada Isabel, era del linaje de Aarón. Y lo que sigue. _ Homilía de San Ambrosio, Obispo. !Libro I sobre San Lucas. Nos enseña la Sagrada Escritura que no basta enaltecer las virtudes de los que son dignos de alabanza, sino que debemos también alabar a sus padres. Así la virtud de quienes ensalzamos resplandecerá de una herencia de pureza inmaculada. ¿Qué otro objeto pudo proponerse aquí el Evangelista, sino proyectar sobre Juan Bautista la gloria que le viene de sus padres; sus milagros, sus virtudes, su misión y su martirio? Por esto es glorificada Ana, madre de Samuel; y vemos a Isaac recibiendo de sus padres la santa nobleza que pasó a su posteridad. Zacarías era, pues, sacerdote; además, de la familia de Abía, es decir, de entre las más ilustres. [Lectio2] Y su esposa, prosigue, era del linaje de Aarón. Vemos aquí que la nobleza de Juan no sólo se remonta a sus padres, sino a sus antepasados, los cuales fueron venerables, no por la gloria del poder mundano, sino por su religiosidad. Tales eran los antepasados que convenían al precursor de Cristo; para predicar éste el advenimiento de Jesucristo, no debía adquirir la fe repentinamente, sino heredarla de sus padres y recibirla de ellos con la sangre. “Eran ambos justos a los ojos de Dios, guardando todos los mandamientos y leyes del Señor irreprensiblemente”. ¿Qué dirán a esto los que buscan excusa a sus pecados, y pretenden que el hombre no puede vivir sin pecar con frecuencia? Se apoyan en un versículo de Job, que dice: “Nadie está libre de mancha, ni siquiera aquél que ha vivido un solo día sobre la tierra”. [Lectio3] Pero hay que preguntarles en primer lugar qué entienden por un hombre libre de pecado: si el que jamás pecó, o el que ha dejado de pecar. Si entienden por libre de pecado al que jamás pecó, estoy de acuerdo con ellos: porque “todos pecaron y tienen necesidad de la gloria de Dios”. Pero si niegan que pueda abstenerse de caer aquél que, habiéndose enmendado de sus pasados extravíos, ha cambiado de vida, dejando de pecar, no puedo estar conforme con ellos, porque leemos: “El Señor amó de tal manera a su Iglesia que la hizo comparecer ante Él llena de gloria; sin mácula, ni arruga, ni nada semejante, sino siendo santa e inmaculada”.