[Rank] S. Januarii Episcopi et Sociorum Martyrum;;Duplex;;3;;vide C3 [Rank] (rubrica innovata) S. Januarii Episcopi et Sociorum Martyrum;;Duplex optional;;2;;vide C3 [Oratio] @Commune/C3:Oratio2:s/N\. y N\./Jenaro y sus compañeros/ [Lectio4] Cuando Diocleciano y Maximiano se ensañaban en los cristianos, acusado Jenaro, Obispo de Benevento, de profesar la fe cristiana, fue conducido a Nola, compareciendo ante Timoteo, prefecto de Campania. Allí, fue probada su constancia con diversas pruebas; arrojado a un horno, salió de ileso; ni sus vestidos ni sus cabellos fueron chamuscados. El prefecto, lleno de ira, mandó descoyuntar sus articulaciones de los nervios y de los miembros. Entre tanto su diácono Festo, y el lector Desiderio fueron presos, encadenados y conducidos a Puteolo, y obligados a ir delante de la carroza del prefecto, junto con su Obispo. Echados a una prisión, donde estaban ya Sosio de Mizene, Próculo de Puteolo, Diácono, y Eutiques y Acucio laicos, condenados todos a las fieras. [Lectio5] Al siguiente día los echaron a todos a las fieras en el anfiteatro; mas éstas acudieron a postrarse a los pies de Jenaro. Timoteo atribuyendo este milagro a la magia, dictó contra los mártires sentencia de muerte. Al punto quedó ciego; pero recobró la vista gracias a las oraciones de San Jenaro. A consecuencia de este milagro, cerca de cinco mil hombres creyeron en Jesucristo. Pero el ingrato juez, no se aplacó ante el beneficio; sino que, enfurecido ante la conversión de tantos, fanático de los decretos imperiales, mandó degollar al santo Obispo y a sus compañeros. [Lectio6] Las ciudades vecinas, según su preferencia en la adopción de alguno de aquellos Mártires como patrono ante Dios, sepultaron los cuerpos. Los Napolitanos, por indicación divina, lleváronse el de Jenaro, que fue primero a Benevento, después al monasterio de Monte Vergine, y por último a Nápoles, en donde fue colocado en la iglesia mayor resplandeciendo con numerosos milagros. Es digno de mención el que hizo apagando los globos de fuego del Vesubio, que sembraban el terror y la devastación a la regiones vecinas y remotas. Muy famoso es lo que ocurre con su sangre, la cual, coagulada y conservada en un frasco de cristal, se licua y bulle, como si acabase de derramarse, al ponerla en presencia de la cabeza del Mártir. Este milagro puede presenciarse aún en nuestros días. [Lectio94] Jenaro fue obispo de Benevento cuando Diocleciano y Maximiano perseguían ferozmente a los cristianos. Por su fe cristiana, Timoteo, Gobernador de Campania, le sometió en vano a las torturas del fuego y del potro. Poco después, con Festo su diácono y Desiderio, un lector, fue arrastrado encadenado delante del carro del gobernador a Pozzuoli. Al día siguiente, él y sus compañeros fueron arrojados a las bestias, junto con los diáconos Sosio de Misenum y Proculus de Pozzuoli y los laicos Eutiques y Acutius. Pero como las bestias los dejaron ilesos y casi 5000 personas creyeron en Cristo, el gobernador se enfureció y ordenó que el santo obispo y sus compañeros fueran decapitados. Los cristianos asistieron a su entierro. El cuerpo de Jenaro se colocó primero en Benevento, luego en el monasterio de Monte Vergine, y finalmente en la iglesia principal de Nápoles, y es famoso por muchos milagros. Su sangre se guarda en un frasco de vidrio y, aún hoy, cuando se coloca a la vista de la cabeza del santo mártir, se licua. &teDeum [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Mateo !Mt 24:3-13 En aquel tiempo: estando sentado Jesús en el monte del olivar, se le acercaron algunos discípulos suyos, y le preguntaron en secreto: Dinos, ¿cuándo sucederá eso? Y lo que sigue. _ Homilía de San Hilario, Obispo. !Comentario sobre San Mateo, cap. 26. Los discípulos preguntan al Señor por el tiempo en que acaecerían estas cosas, por la señal que anunciaría su venida y por el fin del mundo. Como son tres cuestiones a la vez, el Señor responde por separado y distinguiendo el tiempo, para facilitar su inteligencia. La primera se refiere a la ruina de Jerusalén, y Jesús les confirma en la verdad de la doctrina, para que ningún impostor consiga seducirlos, pues aún eran ignorantes. Pues aun en vida de los discípulos, habría hombres que afirmasen ser el Cristo. Por esto les previene, para preservarles de creer en este embuste. [Lectio8] Les anima a sobrellevar en su Nombre los sufrimientos, huidas, golpes, la muerte y el odio del pueblo. Muchos se turbarán ante estas persecuciones, muchos se encandalizarán viendo tantos males caer sobre ellos y se sentirán movidos a odiarse los unos a los otros. Y habrá falsos profetas (como Nicolás, uno de los siete diáconos), y pervertirán a muchas almas con apariencias de verdad, y en esta abundancia de malicia, se enfriará la caridad. [Lectio9] La salvación está reservada a los que perseverarán hasta el fin. Entonces, dispersados los varones apostólicos, el Evangelio será predicado por toda la tierra. Y una vez llegado a todos los lugares el conocimiento de los misterios celestiales, entonces vendrá la caída y el fin de Jerusalén; para que el castigo sufrido por el pueblo infiel y el temor por destruccción confirmen la fe que habrá sido predicada. Estas cosas ocurrieron allí, conforme estaba dicho; y después de haber sido los Apóstoles apedreados, expulsados y martirizados, Jerusalén fue destruida por el hambre, la guerra y la cautividad. No mereció existir por haberse hecho indigna de la predicación al rechazar a los predicadores de Cristo. &teDeum