[Rank] S. Clementis I Papæ et Martyris;;Duplex;;3;;vide C2 [Rank] (rubrica 1570) S. Clementis Papæ et Martyris;;Semiduplex;;2;;vide C2 [Rank] (rubrica innovata) S. Clementis Papæ et Martyris;;Duplex optional;;2;;vide C2 [Rule] vide C2; 9 lectiones OPapaM=Clemente; [Ant Vespera] Mientras oraba * san Clemente se le apareció el Cordero de Dios.;;109 El Señor me ha enviado * a vosotros sin mérito mío, para hacerme partícipe de vuestras coronas.;;110 Vi de pie * en el monte un Cordero: a sus pies brotaba un manantial de agua viva.;;111 A sus pies * brotaba un manantial de agua viva, un río caudaloso que alegra la ciudad de Dios.;;112 Todos los pueblos * vecinos creyeron en Cristo el Señor.;;116 [Ant 1] Oremos todos * a Jesucristo nuestro Señor, que abrió a sus Confesores el manantial de sus fuentes. [Oratio] !Oh Dios, que todos los años nos alegras con la fiesta de San Clemente, Pontífice y Mártir!; concédenos, al venerarla con nuestro culto, seguir su ejemplo, por la santidad de nuestra vida. $Per Dominum [Commemoratio] !Conmemoración de Sta. Felicidad, Mártir @Commune/C7:Oratio proper $Oremus v. Concédenos, Dios todopoderoso, al celebrar la fiesta de Santa Felicidad, mártir, la ayuda de sus méritos y oraciones. $Per Dominum [Responsory1o] R. Estando San Clemente en oración, apareciósele el Cordero de Dios, * Bajo cuyos pies brota un manantial de agua viva: un río caudaloso que alegra la ciudad de Dios. V. Vi en pie sobre el monte un Cordero. R. Bajo cuyos pies brota un manantial de agua viva: un río caudaloso que alegra la ciudad de Dios. [Responsory2o] R. Exclamaron todos a una voz: San Clemente, rogad por nosotros, * Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. V. Sin mérito alguno de mi parte, el Señor me ha enviado a vosotros para hacerme partícipe de vuestras coronas. R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. [Responsory3o] R. Dispusiste, Señor, a tu mártir Clemente, en medio del mar, una habitación hecha a manera de templo marmóreo por manos de los ángeles; * Y preparaste un camino a las gentes del país para que proclamasen tus maravillas. V. Abriste, Señor, camino a tus Santos, aun en medio del mar, y un paso a través de las olas. R. Y preparaste un camino a las gentes del país para que proclamasen tus maravillas. &Gloria R. Y preparaste un camino a las gentes del país para que proclamasen tus maravillas. [Lectio4] Clemente, hijo de Faustino, nació en Roma en el distrito del monte Celio y fue discípulo de San Pedro. A él se refiere San Pablo cuando escribe a los Filipenses: También te pido a ti, oh fiel compañero, que asistas a esos que conmigo han trabajado en el Evangelio con Clemente y los demás coadjutores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Dividió Roma en siete circunscripciones, a las cuales asignó un notario a cada una, para recoger todo cuanto cupiera sobre los tormentos y los hechos de los mártires y de escribirlo. Escribió provechosamente varias obras que nos ilustran sobre la religión cristiana. [Lectio5] Como por sus enseñanzas y la santidad de su vida convirtió a muchos a la fe de Cristo, Trajano le desterró más allá del Ponto Euxino, a los desiertos cerca de la ciudad de Quersón, en donde encontró a otros dos mil cristianos, condenados por el mismo emperador a extraer y cortar el mármol. Un día en que estaban afligidos por la falta de agua, subió Clemente, luego de orar, a una colina cercana donde vio un Cordero con su pie derecho sobre un manantial de agua dulce que hacía brotar de allí, y que sirvió a todos para apagar su sed. Este milagro condujo a muchos infieles a abrazar la fe de Jesucristo y a venerar la santidad de Clemente. [Lectio6] Irritado Trajano, mandó arrojar a Clemente al mar con un áncora ligada al cuello. Se cumplió la orden; pero los cristianos oraron en la orilla, y el mar se retiró a tres millas. Yendo por allí los fieles, encontraron un pequeño edificio de mármol en forma de templo, en cuyo interior había un arca de piedra; y en él estaba el cuerpo del Mártir. Bajo el pontificado de Nicolás I, el cuerpo se trasladó a Roma a la iglesia de su nombre. Fue también levantada una iglesia bajo su advocación en el lugar de la isla en que había brotado la fuente. Ocupó Clemente el Pontificado 9 años, 6 meses y 6 días, en los cuales celebró en diciembre 2 ordenaciones, creando en ellas 10 presbíteros, 2 diáconos y 15 obispos para diversos lugares. [Lectio94] Clemente era romano y discípulo de S. Pedro, y asignó cada uno de los siete distritos de la ciudad a un notario que debía investigar los sufrimientos de los mártires y sus obras, y escribirlas. Él mismo escribió mucho para explicar la religión cristiana para la salvación de los demás. Debido a que convertía a muchos a la fe de Cristo mediante sus enseñanzas y la santidad de su vida, el emperador Trajano lo exilió al desierto cerca de la ciudad de Quersón, al otro lado del Mar Negro. Allí encontró a dos mil cristianos que habían sido condenados de manera similar por el emperador. Cuando había convertido a muchos en esa región a la fe de Cristo, por orden del mismo emperador fue arrojado al mar con un ancla atada a su cuello, ganando la corona del martirio. Su cuerpo fue llevado más tarde a Roma por el Papa Nicolás I y enterrado en la Iglesia que ya le había sido dedicada. &teDeum [Lectio7] (rubrica tridentina) Lectura del santo Evangelio según San Mateo !Mt 24:42-45 En aquel tiempo; dijo Jesús a sus discípulos: Estad en vela, porque no sabéis a qué hora el Señor ha de venir. Y lo que sigue. _ Homilía de S. Hilario, Obispo. !Comentario sobre S. Mateo, can. 26, en el fin. Para entender que, si el último día permanece desconocido de todos, esta ignorancia nos es útil, nos advirtió el Señor que estuviésemos en vela a causa de la venida del ladrón, y que ocupados en continuas oraciones, nos dedicásemos a la práctica de todos sus preceptos. Este ladrón, Él nos lo manifiesta, es el diablo, siempre en vela para despojarnos, y acechando nuestros cuerpos, que son como moradas de nuestras almas, a fin de que, estando descuidados o entregados al sueño, pueda herirnos con los dardos de sus consejos y halagos. De consiguiente es necesario que estemos preparados; porque el ignorar el último día debe mantenernos en expectatación, y en una solicitud constante. [Lectio8] (rubrica tridentina) !Can 27 ¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien el Señor constituyó sobre su familia? Aunque exhorte en general a una constante vigilancia, con todo, ordena especialmente que estén en vela los príncipes del pueblo, es decir, los obispos. Pues da a entender que este siervo fiel y prudente es el prelado de su familia, que procura el bienestar y el provecho del pueblo que le ha sido confiado. Si atendiere y ejecutare los mandatos de su señor, es decir, si con la oportunidad y verdad de sus enseñanzas esfuerza al dé- bil, sostiene al vacilante y convierte al extraviado, dando a la familia que le ha sido confiada la palabra de vida como alimento para la eternidad, y la muerte le hallare realizando estas cosas, conseguirá del Señor la gloria como dispensador fiel y mayordomo útil, y será puesto sobre todos sus bienes; será colocado en la gloria divina, más allá de la cual ya no hay nada mejor. [Lectio93] !Conmemoración de Sta. Felicidad, Mártir Sermón de S. Gregorio, Papa. !Homilía 3 sobre el Evangelio. La bienaventurada Felicidad, cuyo nacimiento a la vida eterna celebramos hoy, temió dejar tras de sí en este mundo a siete hijos, al revés de lo que suele ocurrir con los demás padres, que temen sobrevivir a los suyos. Detenida cuando más arreciaba la persecución, sostuvo con sus exhortaciones en el corazón de sus hijos el amor a la patria celestial, engendrando así espiritualmente a los que había engendrado corporalmente y dando a Dios con sus palabras a los que había dado a luz para el mundo. ¿Llamaremos mártir a esta mujer? La llamaré más que mártir, por cuanto, enviando prematuramente al reino de los cielos a siete seres amados, murió en cierta manera tantas veces como hijos vio morir antes que ella. Habiendo sido la primera en acudir al martirio, fue la última en llegar. &teDeum [Ant 2] Mientras lo conducían al mar, * el pueblo exclamaba: Señor Jesucristo, sálvale; y San Clemente, con lágrimas decía: Padre, recibe mi espíritu. [Ant 3] Preparaste, Señor, * a tu mártir San Clemente una morada en el mar, como templo de mármol, fabricado por mano de ángeles, y un camino para su pueblo, para que proclamen tus maravillas.