[Ant 1] Brilló el sol * en los escudos de oro, y se iluminaron los montes con su reflejo, y desapareció el poder de los gentiles. [Lectio1] Del Libro primero de los Macabeos. !1 Mac 4:36-40 36 Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están derrotados; subamos, pues, y purifiquemos el santuario y restablezcamos el culto.” 37 Y, juntando el ejército, subieron al monte de Sion. 38 Al ver el santuario desolado, profanado el altar, quemadas las puertas, la hierba crecida en los atrios como en un bosque o en un monte y las habitaciones destruidas, 39 rasgaron sus vestiduras y alzaron gran llanto, se pusieron ceniza sobre su cabeza, 40 se postraron en tierra, tocaron las trompetas de señales y clamaron al cielo. [Responsory1] @Tempora/101-0:Responsory1 [Lectio2] !1 Mac 4:41-46 41 Luego ordenó Judas que algunos tuvieran en jaque a los de la ciudadela mientras purificaban el santuario. 42 Eligieron sacerdotes irreprochables, amantes de la Ley, 43 los cuales purificaron el templo y echaron las piedras del altar idolátrico en lugar inmundo. 44 Deliberaron qué harían del altar de los holocaustos, que había sido profanado, 45 y les pareció buen consejo destruirlo, por cuanto los gentiles lo habían profanado, 46 y depositar las piedras en el monte del templo, en lugar conveniente hasta que viniese un profeta que diese oráculo sobre ellas. [Responsory2] @Tempora/101-0:Responsory2 [Lectio3] !1 Mac 4:47-51 47 Tomaron luego piedras sin labrar, conforme prescribe la Ley; 48 repararon el santuario y el interior del templo, purificaron los atrios, 49 hicieron nuevos vasos sagrados, e introdujeron el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa del templo. 50 Quemaron incienso en el altar, encendieron las lámparas del candelabro que lucían en el templo, 51 colocaron los panes sobre la mesa y colgaron las cortinas. De esta manera dieron fin a la obra. [Responsory3] @Tempora/101-0:Responsory3 [Lectio4] Del Libro La Ciudad de Dios de S. Agustín, Obispo. !Lib. 18, cap. 45. Después que el pueblo judío empezó a carecer de profetas, principió también su decadencia; reedificado el Templo, después de la cautividad de Babilonia se esperaba una situación más próspera. Así entendía aquel pueblo carnal la profecía de Ageo: “La gloria de este último templo será mayor que la del primero”. Mas el mismo Profeta había manifestado claramente que se refería al Nuevo Testamento, ya que poco antes había anunciado abiertamente a Cristo: “Y conmoveré todas las naciones, y vendrá el deseado de todos los pueblos”. [Responsory4] @Tempora/101-0:Responsory4 [Lectio5] Con estos elegidos de la gentilidad, como piedras vivas, fue edificado mediante el Nuevo Testamento el Templo de Dios, mucho más glorioso que el antiguo edificado por Salomón y reconstruido después de la cautividad. Para evitar que se creyera cumplida la profecía de Ageo, los judíos, a partir de aquel tiempo, no tuvieron profetas, y se vieron afligidos de parte de reyes extranjeros y de los mismos romanos. Llegó Alejandro para sojuzgarlos, y aunque entonces no ocurrió ninguna devastación porque lo desarmaron con su pronta sumisión, la gloria de aquel Templo no fue tan grande entonces como lo había sido bajo la libre dominación de sus reyes. [Responsory5] @Tempora/101-0:Responsory5 [Lectio6] Más tarde, muerto Alejandro, fueron llevados cautivos a Egipto por Tolomeo, Hijo de Lago. Su sucesor Tolomeo Filadelfo, mejor dispuesto en favor de ellos, los dejó volver a su país, y gracias a él, tenemos traducidas las Escrituras por los Setenta. Tuvieron después que soportar las guerras que se hallan en los libros de los Macabeos; y tras esto el rey de Alejandría, Tolomeo Epífanes, fue sometido. Luego, Antíoco, rey de Siria, quiso obligarles con muchos y penosos trabajos a adorar los ídolos. Las sacrílegas supersticiones de la gentilidad profanaron el Templo, pero fue purificado por el valerosísimo capitán Judas Macabeo, vencedor de los generales de Antíoco, a quienes expulsó. [Responsory6] @Tempora/101-0:Responsory6 [Responsory7] @Tempora/101-0:Responsory7 [Responsory8] @Tempora/Pent01-0:Responsory8